por Bea Tremblay
El paciente o su seguro pagan la intervención. Te estabilizan primero pero te lo cobran después. Sólo si tú no puedes y no tienes seguro o tu seguro no cubre todo lo que te hagan o te pasas de la cobertura máxima (cosa bastante fácil), y después de escurrirte hasta que no caiga ni un centavo más, asume el resto el hospital.
Pero sólo por estabilizarte. No tienen ninguna obligación de, además, curarte. Funciona más o menos así:
La Emergency Medical Treatment and Active Labor Act de 1986 (sí, de Reagan, que para los trumpistas y liberaloides de hoy sería casi un comunista) fuerza a todos los hospitales que colaboren con Medicare (un seguro médico público federal para ancianos y ciertos discapacitados) a prestar servicio esencial a cualquiera que entre por una puerta de urgencias. Como a casi todos esos hospitales tan privadísimos les encanta chupar de la teta pública y colaboran con Medicare, rige esta norma casi siempre.
Eso sí, como digo, a diferencia de los sistemas de salud pública universal como el español, sólo tienen obligación de estabilizarte hasta un punto en que no te mueras de manera inminente; no de tratarte ni curarte. Y todo lo que te hayan hecho van a intentar cobrártelo, a ti o a tu seguro si lo tienes (o de la herencia que puedas dejar si te mueres.) A unos precios que, además, como no estás en situación de negociar, pueden ser tan bestias como les parezca:
Los 6.600 dólares que están escritos a mano a la izquierda fue lo que le quisieron cobrarle a uno que se hizo un corte en una rodilla por ponerle 6 puntos en urgencias, un antibiótico y la antitetánica. Al final se le quedó en "sólo" los 4.278,05 de abajo. En un país donde el 57% de la población no tiene 1.000 dólares ahorrados para una emergencia y tendría que sacarlos de la tarjeta de crédito si es que puede.
El importe medio de una visita a urgencias ("que te vean y te hagan el triaje") en 2024 son $2.715, más otros $1.118 de "facility fee" si te asignan a una habitación. O sea, no por la habitación, que eso va aparte a tanto el día; sólo por prepararte una habitación. Ya vamos por unos 3.500€ así de entrada y sin que te hagan nada más. Ni siquiera ponerte los puntos esos.
Si además te quedas en la habitación (consciente o no), son unos $2.500 de media al día, y $5.000 si es una unidad intensiva. Un análisis de sangre que no debería costarte normalmente más de $200 puede irse fácilmente a 2.000 en un hospital. De hecho, este recibo es de un análisis de sangre teniendo seguro y con un fuerte descuento:
No es raro que la gente suba a Internet facturas como esta:
…por llegar a urgencias con un dolor fuerte de estómago, que te hagan unas pruebas incluido un ultrasonido y un TAC, y al final te den un antiácido y un poco de morfina sin llegar a ingresar siquiera. Sí, eso son 12.431,45 dólares, unos 11.500€. O sea que imagina si llegas inconsciente, en estado crítico y hay que salvarte la vida.
Bueno, no, no hace falta que imagines mucho; esto fue por un ataque al corazón de 2016 que requirió una intervención quirúrgica de urgencia, con una estancia de 9 días en total:
A veces, alguna caridad de esas que dicen ellos puede ayudarte con parte del importe o incluso todo; pero como es eso, caridad, si les parece bien y tienen presupuesto en ese momento, bien, y si no, pues ya sabes.
Al final, si no hay nadie más que pague después de rebuscarte por todos los rincones con demandas judiciales y empresas de recobro salvajes y demás, vivo o muerto, termina asumiéndolo el hospital en virtud de ese concierto con Medicare como dije al principio (y bien que se lo cobran con todos los viejitos de Medicare que atienden, un negociete de más de 600.000 millones.) A eso lo llaman uncompensated care o unreimbursed care.
¿Curarte? No, eso ya te lo tienes que pagar tú o tu seguro privado si puedes pagar uno que te cubra todo hasta realmente curarte y no sólo "parchearte"; y no sin soltar entre miles y decenas e incluso cientos de miles de dólares en franquicias (sí, como si fueras un coche), copagos, "out-of-pocket expenses" y todo lo que puedan clavarte. La cantidad de gente que se queda sin curar y con fuertes dolores es una de las causas de la famosa epidemia de opioides que asola al país; hablé de eso aquí:
Dr. House, M.D., otro adicto a los opioides que los médicos estadounidenses recetaban sin conocimiento desde los años 1990. Pues no. De hecho, es sobradamente conocido que la crisis del fentanilo en EEUU es el resultado de su criminal sistema de salud, donde los médicos recetaban opioides a los pacientes como si fueran aspirinas para aliviar los dolores de las enfermedades que requerirían tratamientos e intervenciones quirúrgicas que muchos no pueden pagarse, durante décadas. Unido a las constantes campañas propagandísticas de las propias compañías farmacéuticas estadounidenses para que los médicos recetaran opioides hasta a los niños. La cosa llega a tal extremo que en EEUU se consume el 80% de los opioides del mundo. ¿Recuerdas al Dr. House y su "simpática" adicción al "Vicodin"? Bien, el Vicodin no es un "analgésico normal" sino hidrocodona, un opioide derivado de la codeína que aquí sólo se puede recetar a pacientes con grandes dolores bajo circunstancias determinadas. La imagen del personaje Dr. House zampándose vicodines como si fueran caramelos es una descripción perfecta de lo muy normalizado que estaba el consumo más-o-menos legal de estas sustancias en EEUU. El OxyContin (oxicodona), mucho más fuerte, se recetaba con más alegría aún gracias a las agresivas (y mentirosas) campañas de marketing de su fabricante, Purdue Pharma de Connecticut, USA: Aquí, el popular locutor facha Rush Limbaugh invitando a su masiva audiencia, especialmente común en los EEUU rurales, a comprar opioides "a granel". Entre eso y la pobre cobertura sanitaria a precios pagables, la actual "epidemia de las drogas", que antes se consideraba algo "más propio de las ciudades", ha impactado desproporcionadamente al mundo rural gringo. Que ahora los EEUU se hayan vuelto locos y, en una de sus típicas reacciones prohibicionistas histéricas, hayan dejado a millones de pacientes sin su chute de opioides sólo podía conducir a una crisis de… bueno, pues de lo obvio: de yonquis creados por su tercermundista sistema sanitario con unos monazos de muerte buscándose la vida para conseguir más opioides, cualquier opioide en el mercado negro. La epidemia, de hecho, empezó con un incremento de consumo de heroína "de la de siempre". Pero el fentanilo, debido a su potencia, permite el tráfico y distribución de altas dosis en poco volumen y peso, comparado por ejemplo con la heroína. Y esa misma potencia lo hace muy susceptible de causar muertes por sobredosis, dado que el "margen de seguridad" es muy estrecho. ¿Algunos laboratorios chinos aprovecharon ilegal o alegalmente la circunstancia para suministrar precursores del fentanilo a los narcotraficantes, como siempre ocurre en todos los países? OK, sí, pero es básicamente una anécdota ultra-híper-magnificada por la propaganda para palurdos estadounidense, intentando cargar la culpa al chino —o a cualquier Otro de turno— de un mal que se infligieron ellos solitos y sus médicos, aseguradoras y políticos durante, como digo, décadas. Si no lo hicieran esos laboratorios chinos, lo harían en cualquier otro sitio porque, como es bien sabido, cuando hay demanda de dronga, no hay Guerra contra las Drongas que suprima la oferta. De hecho, cuando escribo esto hay indicios de que la mayor parte del fentanilo ilegal ya se está produciendo localmente en los propios EEUU y Canadá aunque ahora le echen la culpa a México, como siempre en todo lo que suene a "drogas". Los canadienses no, los canadienses admiten abiertamente que China cerró el grifo en 2019 y ahora la producción de fentanilo es eminentemente local. Pero EEUU no puede admitirlo tan a las claras porque les jodería la propaganda anti-China, así que tienen que hacerlo con extrañas redacciones oblicuas en sus estudios al respecto. Como estos fármacos siempre han estado estrictamente controlados en Europa y otros lugares, y sólo se recetaban con cuentagotas bajo estrecha supervisión de los sistemas de salud pública, y la publicidad de medicamentos de este tipo está totalmente prohibida, esta epidemia "no ha saltado el Atlántico" de manera significativa (y creo que tampoco el río Bravo, al menos con rumbo sur; corríjanme si me equivoco) porque aquí no existe esa base de millones de yonquis creados por sus propios médicos y hospitales muriéndose por su próxima dosis de lo que sea. Más datos, del propio Congreso de los EEUU: https://crsreports.congress.gov/product/pdf/IF/IF12260 De la Universidad de Harvard: De la Universidad de Georgetown: De los Institutos Nacionales de Salud: The Promotion and Marketing of OxyContin: Commercial Triumph, Public Health Tragedy The Opioid Epidemic: It’s Time to Place Blame Where It Belongs Etc., etc., etc.
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