Milei gobierna para una élite transnacional ligada a Israel y Estados Unidos que ya está vampirizando los recursos del país. La inmensa mayoría de la población excedente ya puede ir pensando en emigrar. No tienen cabida en la sociedad ultraliberal porque no pueden competir. Como dijo el patilludo: "¿Por qué tus deficiencias mentales las tengo que pagar yo?". De seguir en esta línea, en unos 20 años Argentina desaparecerá en su formato actual y será dividida entre norte, sur y zona metropolitana de Buenos Aires. El FMI y los tenedores de deuda continuarán inyectando más deuda, de modo que Argentina tenga que regalar toda su producción petrolera, minera, agrícola y ganadera a sus acreedores. Cualquier empresa que le dé beneficios al Estado será regalada a los amigos de Milei, los que le pusieron ahí. No existe ninguna posibilidad de "hacer Argentina grande de nuevo", como dice la rata libertaria. Las fantasías esquizoides de este perturbado sobre convertir Argentina en un pionero de la inteligencia artificial son el siguiente y delirante capítulo de las "naves de la estratósfera" de Menem o las bombonas de energía nuclear de fusión de Perón. De seguir en la senda libertaria, el único futuro que le espera a Argentina es ninguno. Sólo la clase política y económica parasitaria y su séquito de lameculos sobrevivirán a Milei. La casta, la que Milei decía que iba a eliminar.
La única esperanza para Argentina es que haya un reagrupamiento de la oposición y que se pueda presentar un proyecto para sacar al país de la difícil situación en la que se encuentra, antes de que la dictadura libertaria de Milei y Bullrich lo eche todo por la borda.
No obstante, la élite corporativa que controla el país parece tenerlo todo bien atado. Corre el rumor de que los dirigentes del sindicato CGT fueron llamados el otro día a la embajada USA en Buenos Aires, donde supuestamente les habrían "seducido" a no paralizar el país mediante huelgas y marchas. Es decir, el único método para echar al hijo de Rothbard y Hayek.
Argentina es hoy un cuerpo moribundo sobre el que ya trabajan las hienas.
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