Habla el diputado ucraniano Alexander Dubinsky:
Después de la guerra no nos espera nada bueno (incluso si ganáramos).
La mayor parte de la clase que hizo posible el progreso económico, así como las mujeres jóvenes necesarias para el crecimiento demográfico, han abandonado el país.
Hay alrededor de 12 millones de jubilados, a los que se sumarán millones de personas discapacitadas y sus correspondientes beneficiarios. Los gastos del Estado se dispararán.
El potencial exportador se reduce a la venta de productos agrícolas, minerales metálicos ferrosos y productos ferreteros con un bajo grado de procesamiento.
El número de empleados estatales es de aproximadamente 2 millones de personas, que en un futuro próximo se unirán al ejército de desempleados junto con los militares desmovilizados.
El apoyo financiero a un Estado con tal estructura económica y demográfica es imposible. Aumentar los impuestos no es viable porque no hay base imponible. Y la apertura de fronteras provocará una poderosa ola de emigración de mano de obra hacia la UE y otros países.
EEUU y la OTAN han estado usando a ese país como ariete contra Rusia y el resultado ha sido su destrucción total. Los rusos no se iban a quedar con los brazos cruzados mientras EEUU y la OTAN montaban una madriguera en el país vecino. Los delincuentes que EEUU y la UE pusieron en el gobierno tras un golpe de Estado en 2014 huirán del país con maletas llenas de dinero negro y el pueblo ucraniano sólo tendrá la opción de ser esclavo de Blackrock o tratar de huir en cualquier dirección.
Es el precio a pagar por confiar en Occidente.
El otro día, Nazilensky se quejó de que la "coalición internacional" ayudara a Israel en la intercepción de artefactos durante el ataque iraní. Nadie sabe si es lerdo o si se lo hace, pero dijo:
¿Por qué no nos ayudan a nosotros igual?
Primero, porque Occidente considera que los israelís son ciudadanos de primera, mientras que los ucranianos no son más que una horda de zombies cuya misión es suicidarse. Segundo, porque Occidente no va a exponer a sus pilotos y equipos en un espacio aéreo donde Rusia tiene supremacía, al margen de que les aterra entrar en un enfrentamiento directo con la Federación Rusa.
En conclusión, si los propios "dirigentes" del país 404 aceptan que son ya un Estado fallido y que una victoria es pretérito imperfecto (ganáramos), ¿qué se puede pensar de todos esos lameculos y creyentes de la falsa democracia que creían en serio que Ucrania, con el apoyo de la OTAN+, podía vencer a Rusia? ¿Cómo calificar a toda esa pléyade de ignorantes que creyeron que Rusia estaba fabricando misiles con chips de lavadoras, a los que creyeron que las sanciones hacían efecto, a los que se tragaron que Putin tenía cáncer y que la economía rusa se estaba derrumbando? ¿Bobos? ¿Inútiles? ¿Retrasados?
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