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jueves, 31 de octubre de 2024

¿Cómo se lo montó Jesucristo para multiplicar los panes?

 Por Treblinka Auschwitz. (Usuaria de Quora)

Buena pregunta, porque aquí hay una oportunidad idónea para poner en evidencia la poca credibilidad y escasa originalidad de los evangelios.

Para empezar, tal fenómeno de la multiplicación de panes y peces es contrario a las leyes de la física, y debe ser considerado como lo que es: pura ficción. Ni siquiera como una fábula, pues es difícil hallarle alguna moraleja.

La ley de verosimilitud postula que no es suficiente con que un hecho sea real, también es necesario que lo parezca. La verosimilitud es la sensación de que una historia o situación es real o verdadera, aunque sea una ficción o invención. En otras palabras, es la cualidad de que algo nos resulte creíble, ya sea en una novela, cuento o relato.

Y la Biblia, al igual que muchos otros libros de mitología, está repleta de relatos que no son verosímiles.

Ese supuesto "milagro" tampoco es original del cristianismo, sino que es una repetición de los antiguos "milagros" judíos y paganos.

Al filósofo griego Apolonio de Tiana se le atribuía un milagro similar al de la "alimentación de los cinco mil" por parte de Jesús, y además era famoso por sus "curaciones" y "exorcismos", al punto de que los primeros cristianos hicieron todo lo posible por destruir cualquier manuscrito que contuviera información sobre Apolonio de Tiana, para que no hubiese nadie que le hiciera competencia a Jesús…

El problema es que su biógrafo, Filóstrato de Atenas, no presenció los hechos personalmente sino que los leyó en los escritos de Máximo de Tiro y también se informó por mediación de un tal Damis, presunto discípulo de Apolonio; y aunque hay consenso sobre la realidad histórica de Apolonio gracias a que es mencionado por otros autores como el historiador romano Dion Casio, no podríamos decir lo mismo sobre Damis; cuya mera existencia es puesta en duda por varios expertos.

Por lo tanto, aunque Apolonio de Tiana haya existido, hay buenos motivos para desconfiar de las proezas sobrenaturales que se le atribuyen, pero igualmente, por esa misma razón, también es sensato dudar de los "maravillosos" relatos que se han escrito sobre Jesús.

Apolonio de Tiana, el "Jesús pagano" a quien se le atribuían milagros y el ser divino e inmortal - BBC News Mundo
El relato de la vida de Apolonio de Tiana es muy parecido al de Jesucristo.

También a Pitágoras, el célebre filósofo de Samos, según Porfirio, se le atribuía la hazaña de haber ayudado a sus discípulos a conseguir una pesca "milagrosa", siglos antes que a Jesús. Según Lucas y Juan, Jesús les auguró a sus apóstoles que obtendrían una buena pesca si echaban las redes como él les decía, y supuestamente así sucedió, siendo el número total de peces 153.

Curiosamente, el 153 era un número sagrado para los pitagóricos. Esto huele a plagio…

Y más aún si consideramos lo siguiente. El 153 se usaba en la geometría "sagrada", en una proporción matemática que Arquímedes denominaba el "signo del pez", para producir el símbolo vesica piscis mediante la intersección de dos círculos.

Era un antiguo signo pagano que los primeros cristianos se apropiaron para representar a Jesús, a quien llamaban Ichtys, "el pez".

Los antiguos cristianos también usurparon un gran número de inscripciones dedicadas al sabio Asclepio, médico taumaturgo, "obrador de milagros" (y de quien era seguidor Hipócrates, el "padre de la medicina"), por el simple procedimiento de cambiar su nombre por el de Jesús.

En cuanto a la multiplicación de alimentos, también vemos este tipo de cosas en el Judaísmo. En el Antiguo Testamento, el profeta Eliseo multiplica los panes de la siguiente manera:

  • Un hombre de Baal-salisa le llevó a Eliseo 20 panes de cebada y espigas de grano nuevo.
  • Eliseo le dijo a su criado que diera el pan a la gente para que comieran.
  • El criado se preguntó cómo dar el pan a más de 100 hombres.
  • Eliseo insistió en que diera el pan a la gente, ya que el Señor había dicho que comerían y sobraría.
  • El criado puso el pan delante de la gente y comieron, y sobró conforme a la palabra del Señor.

El satírico pagano Celso sostenía, en tono de burla, que esas proezas "sobrenaturales" de multiplicar comida no eran más que una ilusión que ya habían llevado a cabo muchos hombres santos. No obstante, esa aseveración sobre las ilusiones colectivas tampoco es muy realista. No puedes alimentar a alguien con pan imaginario.

Más preciso sería decir que dichos acontecimientos nunca tuvieron lugar, y probablemente sean producto de la invención de los fanáticos seguidores de las sectas, que siempre estaban dispuestos a inventar cualquier relato fabuloso con tal de magnificar la figura de sus maestros fundadores.

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